Centrando la Latinidad Negra: Un Retrato de la Población Afro-latine de EE.UU. y sus Desigualdades Complejas
Resumen Ejecutivo
Para muchos afro-latines, la simultaneidad del fenotipo, la cultura, el lugar de nacimiento de sus padres y el idioma crean una experiencia única relegada a los márgenes de la “latinidad” y la “negrura.”1 El término afro-latine usualmente se refiere a personas de ascendencia africana visible o proclamada de Latinoamérica y el Caribe, ya sea que actualmente vivan en el Caribe, las Américas, u otros lugares. Como escriben Flores y Jiménez Román, “[Los afro-latines] son el grupo típicamente olvidado en las clasificaciones prevalecientes, y, sin embargo, al mismo tiempo sirve como el puente más significativo a través de una creciente, y cada vez más ominosa, división social.”2
A pesar de la situación única de los afro-latines y su tasa de crecimiento sustancial en la última década,3 pocos estudios han intentado cuantificar4 y centrar sus experiencias vividas utilizando datos de la Oficina del Censo.5 En este informe, utilizamos los microdatos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS – por sus siglas en inglés) de 2019, estimado de cinco años, para analizar la población afro-latine de los Estados Unidos, incluyendo sus tendencias socioeconómicas en la educación, el empleo y la propiedad de vivienda.
Basado en este conjunto de datos, definimos a los afro-latines como aquellos que se identifican de etnia hispana o latina6 y también se identifican racialmente como de raza negra en cualquier combinación, ya sea de raza negra solamente o de raza negra y una o más razas adicionales.7 Además, adoptamos un enfoque interseccional para comprender cómo las desigualdades pueden permanecer invisibles cuando asumimos que todas las personas latinas ocupan el mismo estatus racial. Específicamente, examinamos las desigualdades en la educación, la pobreza y la propiedad de la vivienda para los afro-latines y los latinos de otras razas.8
Todos los términos afro-latino/a/e/x/@,9 latino/a/e/x/@ africano/a/e/x/@, latino/a/e/x/@ negro/a/e/x/@,10 latinegro/a/e/@,11 y otros se usan para entender la afro-latinidad como un ámbito de experiencia—ser étnicamente latino tanto como de raza negra.12 Para este análisis, utilizamos el término “afro-latine” para referirse indistintamente a los grupos anteriores.
Basándonos en el trabajo de académicos como Michelle Holder y Alan Aja,13 Christine Tamir,14 Ana González-Barrera,15 Juan Flores y Miriam Jiménez Román,16 Tanya Katerí Hernández,17 Howard Hogan,18 y John R. Logan19—entre muchos otros20—encontramos que:
- En 2019, había 2.2 millones de afro-latines en los Estados Unidos, un aumento del 121% de 2000 a 2019. La tasa de crecimiento de los afro-latines fue casi lo doble que la tasa de los latinos de otras razas durante el mismo periodo.
- Los afro-latines son más jóvenes que los latinos de otras razas. La edad mediana de los afro-latines es de 21 años, lo cual es 8 años más joven que la mediana para los latinos de otras razas.
- La comunidad afro-latina generalmente reside a lo largo de la costa atlántica y en las ciudades principales de la costa este, incluyendo Boston, Massachusetts, Virginia Beach, Virginia y Pittsburgh, Pensilvania. La ciudad de Nueva York alberga la población afro-latine más grande.
- Los afro-latines tienen niveles educativos más altos en comparación con los latinos de otras razas: el 26% de mujeres afro-latinas completaron una licenciatura, en comparación con el 18% de mujeres latinas de otras razas. De manera similar, el 20% de hombres afro-latinos completaron una licenciatura o más, en comparación con el 15% de hombres latinos de otras razas.21
- Los afro-latines tienen tasas de pobreza más altas en comparación con los latinos de otras razas. En 2019, los afro-latines tuvieron una tasa de pobreza del 23%, en comparación con el 20% de la población general de los Estados Unidos.
- Aunque las tas de propiedad de vivienda para los afro-latines son más bajas en comparación con otros grupos (40.1% para los afro-latines comparado a 54% para los latinos de otras razas), aquellos que son propietarios tienen valores de vivienda más altos que los latinos de otras razas y en los Estados Unidos en general.
A pesar de las tasas más altas de logros educativos y de participación en el mercado laboral por parte de los afro-latines, experimentan la antinegritud en la economía y la sociedad.22 Sus resultados, especialmente en los ingresos familiares y la propiedad de viviendas, están vinculados a los de la comunidad afro-americana no Hispana.23 Como escriben poderosamente Michelle Holder y Alan Aja, “La negritud (o la anti-negritud) no solo importa, sino que es constante, persistente y determinante en los resultados económicos para los grupos afrodescendientes, ya sean nativos o nacidos en el extranjero.”24
Los investigadores y los encargados de formar política deben profundizar su comprensión de los matices y simultaneidad de raza, etnia y ascendencia, así como su relación con las desigualdades sociales.25 Para disminuir las dificultades que experimentan los afro-latines en la sociedad—ya sea en vivienda, sistemas de préstamos,26 fuerza laboral27 o sistemas de salud28—tenemos que reconocer cómo su posición en la sociedad influye en sus experiencias de desigualdad, especialmente en comparación con los latinos de otras razas. La necesidad de entender cómo las experiencias de los afro-latines difieren de las de los latinos de otras razas solo aumentará en prioridad para los legisladores a medida que más afro-latines alcancen la edad de votar e influyan en las políticas y los resultados electorales.
Este análisis también destaca las limitaciones de la autoidentificación racial actualmente implementada por la Oficina del Censo. El concepto de ‘raza’ incluye nuestra autopercepción y también cómo nos perciben los demás, y este estatus social afecta las experiencias vividas. En lugar de nivelar las distinciones entre los grupos, los investigadores deberían proporcionar a los encuestados suficientes preguntas—quizás incluyendo preguntas sobre la “percepción” o “raza visual”29—para comprender su posición racial social. Si asumimos que todos los latinos son racializados de la misma manera o solo proporcionamos datos agregados para los latinos, muchas desigualdades permanecerán invisibles.
A pesar de estas limitaciones, los investigadores cuantitativos pueden trabajar creativamente dentro de las restricciones de las encuestas para romper las narrativas monolíticas. Los académicos que estudian la comunidad latina también deben comprometerse con una reflexión crítica continua sobre quiénes están en el centro y quiénes están en los márgenes de las narrativas en torno a la latinidad, y “cartografiar los márgenes”30— resaltando las experiencias de las comunidades relegadas y detallando las diferencias dentro del grupo.
Los latinos—y la latinidad—no son un monolito, y la afro-latinidad es latinidad. La solidaridad dentro de la comunidad latina implica reconocer cómo las experiencias vividas de los latinos difieren según características como la raza, el género, la etnia, el estatus migratorio, la orientación sexual, el estatus de ciudadanía, la discapacidad y la clase social. La habilidad de ser consciente de manera crítica de la propia posición social en los sistemas de poder—tanto a nivel individual como estructural—es el primer paso para construir puentes de comprensión con aquellos que tienen experiencias diferentes. Una solidaridad31 flexible hacia la liberación implica poner en el centro a los márgenes, abogando por grupos como los afro-latines que experimentan una “triple conciencia,”32 reflejada en muchos de los hallazgos ilustrados en este informe.
Introducción
Para muchos afro-latines, la simultaneidad del fenotipo, la cultura, el lugar de nacimiento de sus padres y el idioma crean una experiencia única relegada a los márgenes de la “latinidad” y la “negrura”. El término afro-latine se refiere principalmente a personas de ascendencia africana visible o proclamada de Latinoamérica y el Caribe, ya sea que vivan actualmente en el Caribe, las Américas u otros lugares.34
A pesar de la situación única de los afro-latines y su tasa de crecimiento sustancial en la última década,35 pocos estudios han intentado cuantificar36 y centrar sus experiencias vividas utilizando datos de la Oficina del Censo.37 En este informe, utilizamos los microdatos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS por sus siglas en inglés) de 5 años de 2015-2019 para analizar la población afro-latine de los Estados Unidos, incluyendo sus tendencias socioeconómicas en la educación, el empleo y la propiedad de la vivienda.
Desafíos en Materia de Datos
Contabilizar la población afro-latine en Estados Unidos es una tarea compleja y difícil. Las fuentes de datos administrativos no captan los matices de las experiencias vividas, y las preguntas y las categorías predeterminadas nunca pueden captar plenamente la identidad de una persona. Por ejemplo, según un informe del Instituto de Investigación Pew, casi el 30% de los que se autoidentifican como afro-latines, también se identifican como blancos, y uno de cada siete no se identifica como latino.38
Por lo tanto, el tamaño estimado de la población afro-latine en Estados Unidos varía mucho según el formato de la pregunta, la fuente de datos, y, especialmente, según cómo se pregunte a los encuestados sobre su autoidentificación. En el estudio mencionado anteriormente, por ejemplo, el Instituto de Investigación Pew utilizó una encuesta original para estimar el tamaño de la población afro-latine. En concreto, se preguntó a los encuestados: “¿Se considera usted afro-latino, afro-latina o afro-caribeño, o no?” Basándose en las respuestas a esta pregunta, el Instituto de Investigación Pew calcula que la población afro-latine es de unos 6 millones de personas.39
En particular, este formato de pregunta no mencionó la raza40 ni la ascendencia,41 sino le preguntó a los encuestados si se consideraban afro-latines. Este formato de pregunta no permitió a los investigadores determinar si los encuestados indicarían una identidad de raza negra si se incluyera la palabra “raza.”
Por el contrario, la Encuesta de Población Actual (CPS – por sus siglas en inglés) de la Oficina del Censo pregunta primero si el encuestado se identifica como de “origen hispano, latino o español” y, a continuación, pregunta sobre su raza basándose en cinco categorías. Los encuestados no pueden elegir “otra” como raza, pero pueden hacer varias selecciones.42 Como resultado, según la Encuesta de Población Actual, se estima que hay 3 millones de afro-latines en Estados Unidos,43 y casi cuatro millones si se incluyen los afro-latines multirraciales.44
Las discrepancias entre los datos disponibles públicamente y los resultados de la encuesta del Instituto de Investigación Pew indican que el tamaño total de la población afro-latine depende del formato de la pregunta. Por ejemplo, si la Oficina de Administración y Presupuesto de EE.UU. definiera “raza negra” como cualquier persona racializada de raza negra debido a sus características físicas—como el color de la piel, los rasgos faciales y la textura del cabello—independientemente de su ascendencia o lugar de nacimiento, la población afro-latine estimada probablemente sería mayor.
Por esto, es probable que los datos actuales de la Oficina del Censo subestimen la población afro-latine. Muchos afro-latines, caracterizados fenotípicamente, no se identifican como tales porque las definiciones de “raza negra” del censo excluyen la negritud latina. Por otra parte, las preguntas de las encuestas que no especifican si se refieren a la raza o la ascendencia pueden dar lugar a datos que sobreestiman el tamaño de la población afro-latine. La ascendencia, la raza, la etnia y el origen nacional son términos conceptual y analíticamente distintos que requieren preguntas separadas. Si los encuestados no tienen claro si se les pregunta sobre su raza o su ascendencia, los datos resultantes también serán ambiguos.
Metodología
A pesar de sus limitaciones, datos oficiales disponibles públicamente aún pueden proporcionar perspectivas complejas sobre las fortalezas y los desafíos particulares de la comunidad afro-latina. Este informe utiliza los microdatos de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) del 2015-201945 para generar estadísticas ponderadas sobre la población afro-latine de Estados Unidos.46 Al preguntarle a los encuestados sobre su identidad, la Encuesta de la Comunidad Estadounidense sigue, en gran medida, el mismo paradigma que la Encuesta de Población Actual, pero ofrece la opción de seleccionar “alguna otra raza” o escribir una respuesta.47
Utilizamos los microdatos de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense del 2015-2019 debido a los cambios al cuestionario de la encuesta implementados en 2020. Estos cambios incluyen la enumeración de orígenes nacionales y étnicas bajo una casilla de raza determinada y la reclasificación de muchos grupos como “dos o más razas.”48 Debido a estos cambios, los datos de 2020 sobre latinos por raza no son directamente comparables con los de años anteriores.49
Siguiendo el trabajo del Instituto de Investigación Pew que utiliza el mismo conjunto de datos,50 definimos a los afro-latines como aquellos que se autoidentifican como latinos en la pregunta de etnia hispana y de raza negra en la pregunta de raza separada.51 Los términos afro-latino/a/e/x/@,52 latino/a/e/x/@ africano/a/e/x/@, latino/a/e/x/@ negro/a/e/x/@,53 latinegro/a/e/@,54 y otros se utilizan para entender la afro-latinidad como una categoría de experiencia de latinidad—ser tanto étnicamente latino como racialmente negro.55 En este análisis, utilizamos el término “afro-latine” para referirnos indistintamente a los grupos mencionados.
Basándonos en el trabajo de los académicos Michelle Holder y Alan Aja,56 Christine Tamir,57 Ana González-Barrera,58 Juan Flores y Miriam Jiménez Román,59 Tanya Katerí Hernández,60 Howard Hogan61, y John R. Logan62—entre muchos otros63—ofrecemos un perfil de datos actualizado de los afro-latines utilizando la Encuesta de la Comunidad Estadounidense.
Examinamos los datos demográficos básicos de los afro-latines en EE.UU., incluyendo su lugar de residencia, su nivel educativo y sus resultados socioeconómicos. Además, adoptamos un enfoque interseccional para entender cómo las desigualdades sociales pueden permanecer invisibles cuando asumimos que todas las personas latinas ocupan el mismo estatus racial:
“Advertimos que ‘latino/latina’ como constructo social debe ser problematizado, es decir, complicado por las diferencias de la origen nacional, la ciudadanía, la raza, la clase y la etnia y por la confluencia de estos factores. Un enfoque interseccional reconoce estas diferencias y trata de revelar y comprender cómo configuran la experiencia. Cuando utilizamos el término “latinas,” no es un término unitario que homogeneiza grupos distintivos, sino un término de solidaridad implícita con otros grupos estadounidenses con una historia colonial española y lazos genealógicos, políticos, culturales y étnicos con Latinoamérica.”64
A este fin, examinamos las desigualdades en la educación, la pobreza y la propiedad de la vivienda entre los afro-latines y los latinos de otras razas.
Autorreflexividad Crítica
Al aplicar un enfoque interseccional a las desigualdades dentro de la comunidad latina, queremos ser transparentes sobre nuestros ámbitos de experiencia y posiciones sociales interseccionales en sistemas de poder. Estos sistemas incluyen, entre otros, la raza, el género, la etnia y la ciudadanía. Como investigadores que persiguen la justicia social y una agenda política centrada en la dignidad y la oportunidad para y por comunidades diversas, reconocemos que nuestras ubicaciones sociales y experiencias de privilegio y opresión dan forma a nuestros valores, pensamientos, experiencias vividas y compromisos éticos y políticos.
Por eso, estamos comprometidos con la autorreflexión crítica continua sobre nuestras ubicaciones sociales en los sistemas de desigualdad, la opresión y la resistencia, y sobre cómo han influido nuestras creencias, formas de aprendizaje y construcción de significados. Proporcionamos nuestros propios antecedentes y ubicaciones sociales para mostrar claramente desde qué posiciones escribimos colectivamente.
Isabel Ortega Hernández está cursando el último año en la Universidad de California en Los Ángeles y se especializa en ciencias políticas, estudios laborales y estudios chicanos / centroamericanos. Ella es becaria en el departamento de investigación en UCLA LPPI desde 2023. Isabel desciende de una familia jaliscience; es una defensora comunitaria y académica de primera generación que creció en una familia de estatus migratorio mixto y bajos ingresos en Santa Ana, CA.
Misael Galdámez, Maestro de Planificacíon Urbana, es analista de investigación para oportunidades económicas y movilidad social en el Instituto de Política y Políticas Latinas de UCLA. Misael es hijo de inmigrantes salvadoreños y mexicanos y creció en una familia de clase media en la ciudad de Westminster, California, mayoritariamente de clase media y con una población significativa de origen asiática. Fundamenta su investigación en la ética cristiana de la dignidad humana universal y el amor al prójimo, en particular a los inmigrantes, las personas que pertenecen a grupos marginados, y las personas económicamente vulnerables.
Morís Gómez, licenciado en Estudios de Desarrollo Internacional en UCLA, es becario de educación en Ciencias de la Computación en 9 Dots. El fue becario en el departamento de comunicaciones de UCLA LPPI durante el año académico 2021-2022. Moris es un académico salvadoreño de primera generación e indocumentado, criado en una familia de estatus migratorio mixto y de bajos ingresos en el barrio de Watts, Los Ángeles.
Lupe Renteria Salome, Maestra en Planificación Urbana y Regional, es analista de datos en el Instituto de Investigaciones en Equidad, ubicada en la Universidad de California del Sur (USC por sus siglas en inglés). Ella fue becaria en el departamento de investigación en UCLA LPPI durante los años académicos 2021-2023. Ella desciende de la comunidad Me’phaa (tlapanecos) y nació en Acapulco, Guerrero, México. Lupe es una defensora comunitaria y académica indocumentada de primera generación, criada en la ciudad fronteriza de San Diego.
Rocío Pérez, Maestra en Políticas Públicas, es analista de políticas y datos en UnidosUS. Ella fue becaria en el departamento de investigación de UCLA LPPI durante los años académicos 2021-2023. Rocío es una latina de primera generación de una familia con estatus migratorio mixto, que creció en el vecindario de Westlake/McArthur Park en Los Ángeles.
Julia Silver, Maestra de Ciencias, es una analista de investigación en salud y sostenibilidad en UCLA LPPI. Ella es una mujer blanca multiétnica que creció en Phoenix, Arizona, y Los Ángeles, California, en una familia católica multilingüe de educadores públicos. El enfoque epistemológico y ontológico de Julia está arraigado en el anti-colonialismo, la solidaridad comunitaria y la liberación de personas de ascendencia negra, indígena y de color (BIPOC – por sus siglas en ingles).
El Dr. Rodrigo Domínguez-Villegas es el director inaugural de investigación en UCLA LPPI. Es un académico latino queer que creció en un vecindario de clase media en la Ciudad de México.
Jie Zong, Maestra en Administración Pública, es una analista de investigación en UCLA LPPI. Jie es inmigrante de China y su idioma nativo es el mandarín, sin embargo lleva más de diez años en los Estados Unidos. Actualmente, ella reside en el condado de Orange, California.
La Dra. Nancy López es una latina afrodescendiente nacida en la ciudad de Nueva York que creció en viviendas públicas en las décadas de 1970 y 1980. Ella es hija de inmigrantes dominicanos que nunca tuvieron la oportunidad de continuar la escuela más allá del segundo grado y que le proporcionaron a sus hijos el español como su primer idioma y el compromiso de luchar por la justicia. La Dra. López se graduó de una escuela secundaria pública vocacional segregada de hecho en la ciudad de Nueva York, y participó en programas financiados federalmente diseñados para crear oportunidades educativas para comunidades marginadas (por ejemplo, Head Start, Upward Bound, otros más).
Hallazgos
En 2019, había 2.2 millones de afro-latines en Estados Unidos (Tabla 1),66 casi el 1% de la población total estadounidense.67 Como proporción de la población latina, los afro-latines representan el 4% de los latinos estadounidenses y se han duplicado en las últimas dos décadas. De 2000 a 2019, la población afro-latine en Estados Unidos creció un 120.8%, casi el doble de la tasa de crecimiento de los latinos de otras razas durante el mismo periodo.
Tabla 1: Población latina de EE.UU., 2000 a 2019
Fuente: Análisis de LPPI de la muestra de microdatos de uso público del cinco porciento del Censo de 2000; la muestra de microdatos de uso público del 10 porciento del Censo de 2010; y los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Nota: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra, incluidas a las personas latinas multirraciales.
Aunque históricamente California y Texas han tenido la mayor población latina entre los estados, los afro-latines se concentran sobre todo en la costa atlántica (Figura 1). En Massachusetts, por ejemplo, el 13.2% de los latinos se identifican como afro-latines, la proporción más alta de todos los estados. Pensilvania (11.7%), Nueva York (10.7%), Washington, DC (10.5%) y Nuevo Hampshire (9.8%) completan los cinco estados con mayor proporción de población afro-latine. En términos absolutos, el mayor número de afro-latines vive en Nueva York (397,000), seguido de California (237,000) y Florida (232,000).
Figura 1: Afro-latines como proporción de la población latina total por estado, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Nota: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra, incluidas a las personas latinas multirraciales.
De forma similar a los resultados a nivel estatal, las ciudades del noreste y a lo largo de la costa este tienen las mayores concentraciones de afro-latines. Entre las grandes áreas metropolitanas, Boston, Massachusetts, tiene la mayor proporción de afro-latines con un 15.3% de su población latina (Tabla 2), seguida de Virginia Beach, Virginia; Pittsburgh, Pensilvania; Rochester, Nueva York; y Buffalo, Nueva York. En particular, las ciudades con grandes proporciones de residentes que se autoidentifican como afro-latine también suelen tener una gran población de afro-americanos no Hispanos. En la mayoría de las ciudades presentadas aquí, la proporción de población de raza negra es mayor que la de población latina.68
Tabla 2: Las 15 áreas metropolitanas más grandes por concentración afro-latine, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: Las áreas metrópolitanas grandes son áreas estadísticas metropolitanas (MSA—por sus siglas en inglés) con una población superior a 1 millón de habitantes. La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra, incluidas a las personas latinas multirraciales. La población de raza negra incluye a las personas que se identifican como de raza negra, incluidas a las que se identifican como personas de más de una raza y las que se identifican como personas hispanas. La población latina puede ser de cualquier raza.
Aunque los afro-latines constituyen una población relativamente pequeña en Estados Unidos, son jóvenes. Los microdatos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense revelan que la edad mediana de los afro-latinos es de 21 años, la más joven en comparación con todos los grupos presentados aquí (Tabla 3). Los afro-latines tienen la edad mediana más baja, la proporción más baja de personas mayores de edad (5%) y la proporción más grande de niños (43.1%) entre todos los grupos considerados.
Además, los afro-latines tienen más probabilidad de haber nacido en Estados Unidos en comparación con otros grupos latinos. Más de tres cuartas partes (79.1%) de los afro-latines son ciudadanos nacidos en Estados Unidos, en comparación con el 64.5% de los latinos de otras razas. Como señalan Michelle Holder y Alan Aja, un posible factor es la ascendencia de los afro-latines.69 En 2019, un tercio de los afro-latines reportaron que su ascendencia primaria era afroamericana70 e investigaciones anteriores estiman que casi la mitad de los niños afro-latines tienen un padre afroamericano.71 La juventud y la natividad de los afro-latines también sugieren que su importancia sólo crecerá, especialmente a medida que entren en la edad de votar e influyan las agendas políticas de los actores políticos.
Tabla 3: Características seleccionadas para las poblaciones latina y no latina, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza. La población de raza negra incluye a las personas que se identifican como negras, incluidas aquellas personas que se identifican como de más de una raza. La población latina puede ser de cualquier raza.
Al observar la composición de los grupos de ascendencia latina, los panameños se encuentran entre los más probables a identificarse como afro-latines, con más de un tercio de ellos autoidentificandose como negros y latinos (Figura 2). Del mismo modo, casi una quinta parte de los dominicanos y más de una décima parte de los puertorriqueños se identifican como afro-latines. La alta proporción de personas que se autoidentifican como afro-latines que rastrean su ascendencia a países caribeños y centroamericanos puede reflejar la historia de la trata transatlántica de esclavos y la presencia de grupos afro-indígenas como los garífunas en Belice, Guatemala, Honduras, y Nicaragua.72
Figura 2: Grupos de ascendencia latina por proporción de autoidentificación afro-latine, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza.
De acuerdo con investigaciones anteriores,73 En 2019, los hombres afro-latinos y las mujeres afro-latinas tenían más probabilidades de haber completado una educación universitaria que otros grupos (Figura 3). Al observar los logros educativos por género, por ejemplo, el 26.2% de las mujeres afro-latinas completaron un título universitario, en comparación con sólo el 17.5% de las mujeres latinas de otras razas. Además, el 20.1% de los hombres afro-latinos obtuvieron un título de licenciatura o más, en comparación con sólo el 14.7% de los hombres latinos de otras razas.74
Figura 3: Proporción de la población mayor de 25 años con una licenciatura (o más) por raza, etnia y género, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza. La población de raza negra incluye a las personas que se identifican como negras, incluidas aquellas personas que se identifican como de más de una raza. La población latina puede ser de cualquier raza.
Del mismo modo, las mujeres afro-latinas y los hombres afro-latinos tenían altos niveles de participación en la fuerza laboral (Figura 4). En 2019, las mujeres afro-latinas tuvieron la tasa de participación laboral más alta de todas las mujeres observadas aquí (68.3%), casi 8 puntos porcentuales más que la de las latinas de otras razas (60.8%) y 9 puntos porcentuales más que la de las mujeres en general (59%). Similarmente, los hombres afro-latinos tuvieron una tasa de participación laboral más alta que los hombres en general (79.5% comparado a 72.1%), pero ligeramente menor que la de los hombres latinos de otras razas (81.7%).
Figura 4: Tasas de participación en la fuerza laboral, población mayor de 25 años por raza, etnia y género, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza. La población de raza negra incluye a las personas que se identifican como negras, incluidas aquellas personas que se identifican como de más de una raza. La población latina puede ser de cualquier raza.
En cuanto a los salarios, tanto las mujeres afro-latinas como los hombres afro-latinos recibieron salarios ligeramente más altos que las mujeres latinas y los hombres latinos de otras razas (Figura 5). En 2019, por ejemplo, las mujeres afro-latinas recibieron un salario medio de $16.70 dólares por hora, un dólar más que las mujeres latinas de otras razas ($15.40). Esta diferencia salarial fue mucho menor para los hombres afro-latinos, que solo recibieron 50 centavos más por hora que los hombres latinos de otras razas ($18.80 comprado a $18.30).75 A pesar de recibir salarios más altos que sus respectivos grupos latinos de otras razas, las mujeres afro-latinas y los hombres afro-latinos recibieron menos que el trabajador estadounidense promedio en 2019.
Figura 5: Salario medio por hora, población mayor de 25 años por raza, etnia, y género, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza. La población de raza negra incluye a las personas que se identifican como negras, incluidas aquellas personas que se identifican como de más de una raza. La población latina puede ser de cualquier raza.
Cuando comparamos los salarios de los trabajadores que han completado un título de licenciatura, las mujeres afro-latinas siguen recibiendo salarios ligeramente más altos que las mujeres latinas de otras razas (Figura 6). En 2019, las mujeres afro-latinas con educación universitaria recibieron un promedio de $25 por hora, un dólar más que las mujeres latinas de otras razas ($23.90).76 Sin embargo, esta historia no se mantiene para los hombres afro-latinos con educación universitaria, quienes reciben un dólar menos que los hombres latinos de otras razas en promedio ($27.40 comparado a $28.80, respectivamente).
Figura 6: Salario medio por hora, población mayor de 25 años con título de licenciatura o más por raza, etnia y género, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza. La población de raza negra incluye a las personas que se identifican como negras, incluidas aquellas personas que se identifican como de más de una raza. La población latina puede ser de cualquier raza.
De forma similar, los ingresos del hogar y las tasas de pobreza de los afro-latines no reflejan sus niveles educativos. Los hogares de los afro-latines y de los negros de otras etnias tuvieron los ingresos más bajos de los grupos analizados aquí. En 2019, los ingresos medios por hogar de los afro-latines eran de $47,400 (Figura 7), casi $15,000 menos que el hogar medio en Estados Unidos y aproximadamente $5,000 menos que de los hogares latinos de otras razas.
Figura 7: Ingresos medios del hogar por raza y etnia, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza. La población de raza negra incluye a las personas que se identifican como negras, incluidas aquellas personas que se identifican como de más de una raza. La población latina puede ser de cualquier raza.
En línea con investigaciones anteriores, los afro-latines también tuvieron las tasas de pobreza más altas en comparación con otros grupos raciales y étnicos.77 Los afro-latines tuvieron una tasa de pobreza del 22.9% en 2019, con un 23.4% adicional de afro-latines viviendo en condiciones de bajos ingresos (Figura 8). En total, el 46.2% de los afro-latines viven en la pobreza o en condiciones de bajos ingresos, la proporción más alta de todos los grupos.
Un factor que puede afectar los ingresos familiares y las tasas de pobreza es la juventud de los afro-latines. La edad mediana de los afro-latines es de 21 años y su tasa de matrimonio es más baja que otros grupos (21%). Como resultado, los afro-latines pueden tener ingresos familiares más bajos debido a su menor número de hogares con ingresos múltiples.
Figura 8: Tasas de pobreza individual por raza y etnia, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza. La pobreza se refiere a las personas con ingresos familiares iguales o inferiores al 100% del nivel federal de pobreza. Las personas con ingresos bajos tienen ingresos familiares entre el 101-200% del nivel federal de pobreza.
Investigaciones recientes han demostrado que los afro-latines navegan la anti-negritud, el colorismo y la discriminación en los sistemas educativos y de préstamos, especialmente cuando solicitan préstamos hipotecarios.78 Los solicitantes afro-latines de hipotecas, por ejemplo, tienen más probabilidades de que se les niegue la solicitud o de recibir un préstamo de alto costo en comparación con otros grupos latinos, pero son menos probables que los solicitantes negros de otras etnias.79 Como consecuencia de las prácticas de préstamo discriminatorias, los afro-latines tienen menos probabilidades de ser propietarios de una vivienda.
Nuestro análisis aquí refleja este hallazgo. En 2019, los afro-latines eran los menos probables a ser propietarios de su vivienda en comparación con otros grupos étnicos principales (Figura 9). Solo el 40.1% de los afro-latines vivían en una casa propia, en comparación con el 53.7% de los latinos de otras razas y el 69.1% de todos los estadounidenses. Sin embargo, el valor mediano de la vivienda de los afro-latines era más alto que el promedio de $210,000 dólares, comparado a $200,000 dólares para las viviendas de latinos de otras razas y de los propietarios en Estados Unidos.80
Figura 9: Personas mayores de 25 años que viven en una vivienda propia por raza y etnia, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza. La población de raza negra incluye a las personas que se identifican como negras, incluidas aquellas personas que se identifican como de más de una raza. La población latina puede ser de cualquier raza.
En cuanto a la cobertura de seguro médico, los afro-latines se encuentran entre los grupos con más probabilidades de tener seguro médico, probablemente debido a su juventud, ya que los niños/as y adolescentes suelen tener mayor acceso a Medicaid.81 Sólo el 10.4% de los afro-latines carecen de seguro medico, en comparación con el 18.8% de los latinos de otras razas (Figura 10).
Figura 10: Tasas de personas sin seguro médico por raza y etnia, 2019
Fuente: Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de cinco años de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense (ACS) 2015-19.
Notas: La población afro-latine incluye a las personas latinas que se identifican como de raza negra solamente o de raza negra y cualquier otra raza. La población de raza negra incluye a las personas que se identifican como negras, incluidas aquellas personas que se identifican como de más de una raza. La población latina puede ser de cualquier raza.
Conclusión
La Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense de 2019 presenta un panorama complejo de la comunidad afro-latine en Estados Unidos. A pesar de las tasas más altas de logros educativos y participación laboral, los afro-latines experimentan la anti-negritud en la economía y la sociedad.82 Sus resultados, especialmente en los ingresos familiares y la propiedad de vivienda, están vinculados a los de la comunidad negra de otras etnias.83 Cómo escriben Michelle Holder y Alan Aja, “la negritud (o la anti-negritud) no solo importa, sino que es constante, persistente y determinante en los resultados económicos para los grupos afrodescendientes, ya sean nativos o nacidos en el extranjero.”84
Los investigadores y los encargados de formular política deben profundizar su comprensión de los matices y la simultaneidad de la raza, la etnia y la ascendencia, así como su relación con las desigualdades sociales.85 Para mejorar las dificultades que experimentan los afro-latines en la sociedad—ya sea en la vivienda, los sistemas de préstamos,86 la fuerza laboral87 o los sistemas de salud88—tenemos que reconocer cómo su posición en la sociedad influye sus experiencias de desigualdad, especialmente en comparación con los latinos de otras razas. La necesidad de entender cómo las experiencias de los afro-latines difieren de las de los latinos de otras razas sólo aumentará en prioridad para los legisladores a medida que más afro-latines ingresen a la edad de votar y infuyan en las políticas y los resultados electorales.
Este análisis también destaca las limitaciones de la autoidentificación racial que aplica actualmente la Oficina del Censo. El concepto de “raza” incluye nuestra autopercepción y también cómo nos perciben los demás, y este estatus social influye afecta las experiencias vividas.89 En lugar de nivelar las distinciones entre grupos, los investigadores deben proporcionar a los encuestados suficientes preguntas—quizás incluyendo preguntas sobre la raza “percibida” o “raza visual”90—para comprender su posición racial social. Si asumimos que todos los latinos son racializados de la misma manera o solo proporcionamos datos agregados para los latinos, muchas desigualdades permanecerán invisibles.
Sin embargo, incluso con las limitaciones de las bases de datos actuales, los investigadores cuantitativos tienen la responsabilidad de trabajar creativamente dentro de las restricciones de las encuestas para romper las narrativas monolíticas. Los académicos que estudian la comunidad latina también deben comprometerse a una reflexión crítica continua sobre quién está en el centro y quién está en los márgenes de las narrativas sobre la latinidad y “cartografiar los márgenes”91—destacando las experiencias de las comunidades relegadas y detallando las diferencias dentro de los grupos.
Los latinos—y la latinidad—no son un monolito, y la afro-latinidad es latinidad. La solidaridad dentro de la comunidad latina implica reconocer cómo las experiencias vividas de los latinos difieren según características como la raza, el género, la etnia, el estatus migratorio, la sexualidad, el estatus de ciudadanía, la discapacidad y la clase social. La habilidad de ser consciente críticamente de la propia posición social en los sistemas de poder—tanto a nivel individual como estructural—es el primer paso para construir puentes de comprensión con aquellos que tienen experiencias diferentes. Una solidaridad flexible92 hacia la liberación implica centrar los márgenes abogando por grupos como los afro-latines que experimentan una “triple conciencia”,93 reflejada en muchos de los hallazgos ilustrados en este informe.
Notas Finales
1 Zaire Zenit Dinzey-Flores, Hilda Lloréns, Nancy López, Maritza Quiñones, y en nombre del colectivo ‘Black Latinas Know,’ “Black Latina Womanhood: From Latinx Fragility to Empowerment and Social Justice Praxis,” WSQ: Women’s Studies Quarterly 47, no. 3 (2019): 321-327, disponible en línea;
Thomas Alexis LaVeist-Ramos, Jessica Galarraga, Roland J. Thorpe Jr, Caryn N. Bell, y Chermeia J. Austin, “Are Black Hispanics Black or Hispanic? Exploring Disparities at the Intersection of Race and Ethnicity,” Journal of Epidemiology and Community Health, 66, no. 7 (julio de 2012): e21, disponible en línea.
2 Juan Flores y Miriam Jiménez Román, “Triple-Consciousness? Approaches to Afro-Latino Culture in the United States,” Latin American and Caribbean Ethnic Studies 4, no. 3 (1 de noviembre 2009): 319–28, disponible en línea.
3 Amir Vera y Alexander Pineda, “Blackness and Latinidad are not mutually exclusive. Here’s what it means to be Afro-Latino in America,” CNN, 16 de septiembre de 2021, disponible en línea.
4 La investigación cuantitativa reciente incluye el estudio exhaustivo de Michelle Holder y Alan Aja sobre la experiencia económica de los afro-latines. Vea Michelle Holder y Alan Aja, Afro-Latinos in the U.S. Economy (Lanham, Maryland: Lexington Books, 2021).
5 Entre los estudios cualitativos fundamentales sobre los afro-latines figuran los siguientes: Miriam Jiménez Román y Juan Flores (eds.), The Afro-Latin@ Reader: History and Culture in the United States (Durham, NC: Duke University Press, July 2010) y Ginette E.B. Candelario, Black Behind the Ears: Dominican Racial Identity from Museums to Beauty Shops (Durham, NC: Duke University Press, 2007).
6 Utilizamos el término “latino” para referirnos a la población que se identifica como hispana y/o latina/o/x/e/@.
7 También se conoce como población de raza “negra sola o combinada”. Dado que los números reflejan a los afrolatinos autoidentificados, es probable que estas estimaciones subestimen el tamaño real de la población afro-latine. Vea Ana González-Barrera, “About 6 Million U.S. Adults Identify as Afro-Latino”, Pew Research Center, 2 de mayo de 2022, disponible en línea.
8 Maxine Baca Zinn y Ruth E. Zambrana, “Chicanas/Latinas Advance Intersectional Thought and Practice,” Gender & Society 33, no. 5 (22 de junio de 2019): 677–701, disponible en línea.
9 Flores y Jiménez Román, “Triple-Consciousness? Approaches to Afro-Latino Culture in the United States.”
10 Dinzey-Flores et al., “Black Latina Womanhood.”
11 Lillian Comas-Díaz, “LatiNegra: Mental Health Issues of African Latinas,” Journal of Feminist Family Therapy 5, no. 3/4 (1994): 35–74, disponible en línea.
12 Las diferencias en las definiciones entre “latina de raza negra” y “afro-latina”, por ejemplo, se han hecho prominentes entre los jóvenes latinos. Por ejemplo, alguien con un padre afroamericano y un padre latine de otra raza puede identificarse como “latine de raza negra,” pero no necesariamente como “afro-latine”. Por otro lado, alguien que tiene dos padres latines negros puede identificarse como “afro-latine” pero no necesariamente como “latine de raza negra.” Vea, por ejemplo, @jchellestryingherbest, “African American Culture Mixed with Mexican Culture is Different than Black Mexican Culture”, TikTok, 10 de febrero de 2023, disponible en línea.
13 Holder y Aja, Afro-Latinos in the U.S. Economy.
14 Christine Tamir, The Growing Diversity of Black America (Washington, DC: Pew Research Center, March 2021), disponible en línea.
15 Gonzalez-Barrera, “About 6 Million U.S. Adults Identify as Afro-Latino.”
16 Flores y Jiménez Román, “Triple-Consciousness? Approaches to Afro-Latino Culture in the United States.”
17 Tanya Katerí Hernández, Racial Innocence: Unmasking Latino Anti-Black Bias and the Struggle for Equality (Boston, MA: Beacon Press, 2023).
18 Howard Hogan, “Reporting of Race Among Hispanics: Analysis of ACS Data,” in The Frontiers of Applied Demography, Applied Demography Series Vol. 9 (Nueva York, NY: Springer Cham, 2017), disponible en línea.
19 John R. Logan, “How Race Counts for Hispanic Americans,” in The Afro-Latin@ Reader: History and Culture in the United States, eds. Miriam Jiménez Román and Juan Flores (Durham, NC: Duke University Press, 2010), disponible en línea.
20 Douglass S. Massey y Nancy A. Denton, American Apartheid: Segregation and the Making of the Underclass (Cambridge, MA: Harvard University Press, 1993); LaVeist-Ramos et al., “Are Black Hispanics Black or Hispanic? Exploring Disparities at the Intersection of Race and Ethnicity.”
21 Es posible que estas tendencias no sean representativas de los afro-latines nacidos en Estados Unidos. En futuras investigaciones se deberían estudiar estas tendencias por país de origen.
22 Hernández, Racial Innocence: Unmasking Latino Anti-Black Bias and the Struggle for Equality.
Yasmiyn Irizarry, Ellis P. Monk, y Ryon J. Cobb, “Race-Shifting in the United States: Latinxs, Skin Tone, and Ethnoracial Alignments,” Sociology of Race and Ethnicity 9, no. 1 (1 de enero de 2023): 37–55, disponible en línea;
Logan, “How Race Counts for Hispanic Americans;” Massey y Denton, American Apartheid: Segregation and the Making of the Underclass.
23 LaVeist-Ramos et al., “Are Black Hispanics Black or Hispanic? Exploring Disparities at the Intersection of Race and Ethnicity.”
24 Michelle Holder y Alan A. Aja, “Chapter 1. Demographic and Historical Context” en Afro-Latinos in the U.S. Economy (Lanham, Maryland: Lexington Books, 2021).
25 Irizarry et al., “Race-Shifting in the United States: Latinxs, Skin Tone, and Ethnoracial Alignments.”
26 José Loya, “Racial Stratification Among Latinos in the Mortgage Market,” Race and Social Problems 14, no. 1 (marzo de 2022): 39–52, disponible en línea.
27 Michelle Holder y Alan A. Aja, “Chapter 2. Income, Poverty, and Wealth among Afro-Latinxs” in Afro-Latinos in the U.S. Economy (Lanham, Maryland: Lexington Books, 2021).
28 LaVeist-Ramos et al., “Are Black Hispanics Black or Hispanic? Exploring Disparities at the Intersection of Race and Ethnicity;” Edward D. Vargas, Melina Juarez, Lisa Cacari Stine, y Nancy López, “Critical ‘Street Race’ Praxis: Advancing the Measurement of Racial Discrimination Among Diverse Latinx Communities in the U.S.,” Critical Public Health 31, no. 4 (2021): 381-91, disponible en línea.
29 Nancy López y Howard Hogan, “What’s Your Street Race? The Urgency of Critical Race Theory and Intersectionality as Lenses for Revising the U.S. Office of Management and Budget Guidelines, Census and Administrative Data in Latinx Communities and Beyond,” Genealogy 5, no. 3 (17 de agosto de 2021): 75, disponible en línea.
30 Kimberlé Crenshaw, “Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence against Women of Color,” Stanford Law Review 43, no. 6 (julio de 1991): 1241-99, disponible en línea.
31 Patricia Collins, Intersectionality as Critical Social Theory (Durham, NC: Duke University Press, 2019).
32 Flores y Jiménez Román, “Triple-Consciousness? Approaches to Afro-Latino Culture in the United States.”
33 Ibid.
34 Ibid; Franklin Franco, Blacks, Mulattos, and the Dominican Nation (Nueva York, NY: Routledge, 2015).
35 Amir Vera y Alexander Pineda, “Blackness and Latinidad Are Not Mutually Exclusive.”
36 La investigación cuantitativa reciente incluye el estudio exhaustivo de Michelle Holder y Alan Aja sobre la experiencia económica de los afro-latines. Vea Michelle Holder y Alan Aja, Afro-Latinos in the U.S. Economy (Lanham, Maryland: Lexington Books, 2021).
37 Entre los estudios cualitativos fundamentales sobre los afro-latines se encuentran: Miriam Jiménez Román y Juan Flores (eds.), The Afro-Latin@ Reader: History and Culture in the United States (Durham, NC: Duke University Press, Julio de 2010) y Ginette E.B. Candelario, Black Behind the Ears: Dominican Racial Identity from Museums to Beauty Shops (Durham, NC: Duke University Press, 2007).
38 Rebecca Davis, “Early Arrival: How the Census Failed to Count the Complexities of Afro-Latino Identity,” Documented, 8 de mayo de 2022, disponible en línea.
39 Gonzalez-Barrera, “About 6 Million U.S. Adults Identify as Afro-Latino.”
40 Es decir, un estatus o posición racial que tiene una dimensión visual o corpórea.
41 Es decir, antecedentes familiares recientes o lejanos.
42 U.S. Census Bureau, “Basic CPS Items Booklet: Demographic Items,” acedido el 11 de enero de 2023, disponible en línea.
43 UnidosUS, “Afro-Latinos in 2017: A Demographic and Socio-Economic Snapshot,” UnidosUS, febrero de 2019, disponible en línea.
44 Análisis de LPPI (por sus siglas en inglés) de datos agrupados de la Encuesta Mensual Básica de Población Actual de 2020.
45 Aparte del censo decenal, la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense es el conjunto de datos más completo para analizar las tendencias demográficas y socioeconómicas de las poblaciones de Estados Unidos.
46 Steven Ruggles, Sarah Flood, Ronald Goeken, Megan Schouweiler, y Matthew Sobek, “IPUMS USA: Version 12.0 [dataset]” (Minneapolis, MN: IPUMS, 2022), disponible en línea.
47 Estas diferencias dan como resultado un número mucho menor de población afro-latine, incluso cuando se compara con la Encuesta de Población Actual.
48 Hansi Lo Wang, “The 2nd-Largest Racial Group in the U.S. is ‘Some Other Race.’ Most are Latino,” WGBH News, 30 de septiembre de 2021, disponible en línea.
49 En el momento de escribir este informe, los microdatos del Censo de 2020 aún no estaban disponibles para su análisis. Todavía no se ha publicado una fecha para los archivos de microdatos del Censo, dadas las complejidades de administrar un Censo durante una pandemia mundial. Vea U.S. Census Bureau, “2010 and 2020 Census Data Product Release Dates,” accedido el 28 de febrero de 2023, disponible en línea.
50 Christine Tamir, The Growing Diversity of Black America (Washington, DC: Pew Research Center, marzo de 2021), disponible en línea.
51 También se conoce como población de raza “negra sola o combinada”. Dado que los números reflejan a los afro-latines autoidentificados, es probable que estas estimaciones subestimen el tamaño real de la población afro-latine. Vea Ana Gonzalez-Barrera, “About 6 Million U.S. Adults Identify as Afro-Latino,” Pew Research Center, disponible en línea.
52 Flores y Jiménez Román, “Triple-Consciousness? Approaches to Afro-Latino Culture in the United States.”
53 Dinzey-Flores et al., “Black Latina Womanhood.”
54 Comas-Díaz, “LatiNegra.”
55 Las diferencias en las definiciones entre “latina de raza negra” y “afro-latina,” por ejemplo, se han hecho prominentes entre los jóvenes latines. Por ejemplo, alguien alguien con un padre afroamericano y un padre latine de otra raza puede identificarse como “latine de raza negra,” pero no necesariamente como “afro-latine.” Por otro lado, alguien que tiene dos padres latines negros puede identificarse como “afro-latine” pero no necesariamente como “latine de raza negra.” Vea, por ejemplo, @jchellestryingherbest, “African American Culture Mixed with Mexican Culture is Different than Black Mexican Culture,” TikTok, 10 de febrero de 2023, disponible en línea.
56 Holder y Aja, Afro-Latinos in the U.S. Economy.
57 Tamir, “The Growing Diversity of Black America.”
58 Gonzalez-Barrera, “About 6 Million U.S. Adults Identify as Afro-Latino.”
59 Flores y Jiménez Román, “Triple-Consciousness? Approaches to Afro-Latino Culture in the United States.”
60 Hernández, Racial Innocence: Unmasking Latino Anti-Black Bias and the Struggle for Equality.
61 Hogan, “Reporting of Race Among Hispanics: Analysis of ACS Data.”
62 Logan, “How Race Counts for Hispanic Americans.”
63 Massey y Denton, American Apartheid: Segregation and the Making of the Underclass; LaVeist-Ramos et al., “Are Black Hispanics Black or Hispanic? Exploring Disparities at the Intersection of Race and Ethnicity.”
64 Baca Zinn y Zambrana, “Chicanas/Latinas Advance Intersectional Thought and Practice.”
65 Patricia Hill Collins y Sirma Bilge, Intersectionality (Malden, MA: Polity Press, junio de 2020).
66 Como se señaló anteriormente, estas figuras se basan en el archivo de datos de 5 años de la ACS, que probablemente subestima el tamaño de la población afro-latine. Las estimaciones que utilizan la encuesta de un año de 2019 muestran que el tamaño de la población afro-latine es de 2.4 millones. Además, de estos 2.2 millones, el 42% se identifica como multirracial.
67 Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la ACS de 5 años del 2015-2019.
68 Ambas categorías presentadas aquí coinciden. Es decir, la población de raza negra incluye a las personas hispanas o latinas, mientras que la población latina también incluye a las personas que se identifican como de raza negra.
69 Michelle Holder y Alan A. Aja, “Chapter 1. Demographic and Historical Context” en Afro-Latinos in the U.S. Economy (Lanham, Maryland: Lexington Books, 2021).
70 Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la ACS quinquenal 2015-2019. Este punto de datos incluye a quienes se identifican como “afro-americanos” y “afroamericanos”, códigos 900 y 902. Para más detalles, vea la documentación de IPUMS para la variable Ancestr1, disponible en línea.
71 John R. Logan, “How Race Counts for Hispanic Americans.”
72 Michelle A. (Forbes) Ocasio, “Garifuna Language and History,” Garifuna Research, accedido el 12 de enero de 2022, disponible en línea.
73 Holder y Aja, “Chapter 2. Income, Poverty, and Wealth among Afro-Latinxs” en Afro-Latinos in the U.S. Economy.
74 En futuras investigaciones se debería estudiar si estas tendencias difieren en relación con el país de origen.
75 Es posible que estas tendencias difieran según el país de origen, pero esto quedaba fuera del alcance inicial de este proyecto de investigación.
76 Estas tendencias pueden diferir en relación con el país de origen, o la natividad. En futuros estudios se debería investigar si las mujeres afro-latinas tienen salarios más altos debido a diferencias en el país de origen. Si un mayor número de mujeres latinas de otras razas son inmigrantes, esto podría ayudar a explicar la diferencia de salarios entre las mujeres afro-latinas y las mujeres latinas de otras razas.
77 Hogan, “Reporting of Race Among Hispanics: Analysis of ACS Data.”
78 Jasmine M. Haywood, “Latino Spaces have Always Been the Most Violent’: Afro-Latino Collegians’ Perceptions of Colorism and Latino Intragroup Marginalization,” International Journal of Qualitative Studies in Education 30, no. 8 (2017): 759–82.
79 Loya, “Racial Stratification Among Latinos in the Mortgage Market.”
80 Análisis de LPPI de los microdatos de uso público de la muestra de 5 años Encuesta de la Comunidad Estadounidense 2015-2019.
81 Jennifer Tolbert, Patrick Drake, y Anthony Damico, “Key Facts About the Uninsured Population” (San Francisco, CA: Kaiser Family Foundation, diciembre de 2022), disponible en línea.
82 Hernández, Racial Innocence: Unmasking Latino Anti-Black Bias and the Struggle for Equality; Irizarry et al., “Race-Shifting in the United States: Latinxs, Skin Tone, and Ethnoracial Alignments;” Logan, “How Race Counts for Hispanic Americans;” Massey and Denton, American Apartheid: Segregation and the Making of the Underclass.
83 LaVeist-Ramos et al., “Are Black Hispanics Black or Hispanic? Exploring Disparities at the Intersection of Race and Ethnicity.”
84 Holder y Aja, “Chapter 1. Demographic and Historical Context,” en Afro-Latinos in the U.S. Economy.
85 Irizarry et al., “Race-Shifting in the United States: Latinxs, Skin Tone, and Ethnoracial Alignments.”
86 Loya, “Racial Stratification Among Latinos in the Mortgage Market.”
87 Holder y Aja, “Chapter 2. Income, Poverty, and Wealth among Afro-Latinxs,” en Afro-Latinos in the U.S. Economy.
88 LaVeist-Ramos et al., “Are Black Hispanics Black or Hispanic? Exploring Disparities at the Intersection of Race and Ethnicity.”
89 López y Hogan, “What’s Your ‘Street Race’? Leveraging Multidimensional Measures of Race and Intersectionality for Examining Physical and Mental Health Status among Latinxs.”
90 López y Hogan, “What’s Your Street Race? The Urgency of Critical Race Theory and Intersectionality as Lenses for Revising the U.S. Office of Management and Budget Guidelines, Census and Administrative Data in Latinx Communities and Beyond.”
91 Crenshaw, “Mapping the Margins: Intersectionality, Identity Politics, and Violence against Women of Color.”
92 Collins, Intersectionality as Critical Social Theory.
93 Flores y Jiménez Román, “Triple-Consciousness? Approaches to Afro-Latino Culture in the United States.”
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